Imagina que tu negocio de autónomo es como un videojuego: tu meta final no es el “puntuación bruta”, sino el premio desbloqueable que llega a tu bolsillo. Ese tesoro mensual de 3 000 € limpios requiere algo más que emitir facturas al tuntún. Detrás de cada cifra hay varios obstáculos: impuestos, cuotas y gastos fijos. En este artículo te llevaré de la mano por un recorrido distinto, con ejemplos y trucos nuevos, para que descubras cuánto debes facturar de verdad.
1. Ajusta tu brújula financiera: define tu meta neta
Antes de encender motores, pon tu objetivo sobre la mesa: 3 000 € de beneficio neto mensual. Piensa: ¿qué necesitas para vivir tranquilo? Al sumar esa cifra con tus costes fijos, obtendrás la base sobre la que construiremos la ecuación mágica. Para que veas la diferencia, prueba a escribir en un papel: “Quiero 3 000 € limpios, punto.” Ahora añade tus estimaciones de gastos y verás cómo tu lista comienza a crecer.
2. Paso a paso: usa nuestra calculadora interactiva
Consulta siempre con tu asesor para tu caso concreto.
2. Destripando tus costes fijos: del coworking al café
Estos son los “niveles” que debes superar antes de ganar tu recompensa:
- Espacio de trabajo: 350 €/mes. Sea un coworking o un rincón especial en casa, cuenta esa cuota.
- Gestoría y asesoría: 80 €/mes. Tu red de seguridad contra errores fiscales.
- Suscripciones y herramientas: 90 €/mes. Software de facturación, edición o marketing.
- Internet y móvil: 70 €/mes. Imprescindible para mantener la conexión con clientes.
- Otros imprevistos: 150 €/mes. Cafés con networking, baterías de taxi o renovación de licencias.
Total de costes (G) ≈ 740 €. Anota ese número: es parte esencial de tu cálculo.
3. El arte de domar a los impuestos: IVA e IRPF en acción
Piensa en el IVA como el guardián del tesoro: cobra un 21 % sobre tu base imponible y lo entrega a Hacienda. El IRPF, en cambio, es el peaje directo a tu nómina autónoma: durante tus dos primeros años pagas un 7 % en la factura y, si no lo cambias, sube al 15 % a partir del tercero.
La clave para evitar sorpresas es separar esas partidas nada más cobrar. Crea dos subcuentas: una para IVA y otra para IRPF. Así, cuando llegue la declaración, tu “mochila” de tesoro personal no estará vacía.
4. Fórmula express: conviértete en maestro calculador
Con tu meta (ON) y tus costes (G) claros, aplica esta operación:
Facturación bruta con IVA = (ON + G) ───────────── × (1 + IVA) (1 – Retención IRPF)
Donde:
- ON = 3 000 €
- G = 740 €
- Retención IRPF = 0,07 (< 2 años) o 0,15 (≥ 3 años)
- IVA = 0,21
5. Simulación práctica: tu facturación en el primer y tercer año
Periodo | Base (ON + G) | ÷ (1 – R) | × (1 + IVA) | Factura ≈ |
---|---|---|---|---|
1.er año (R = 7 %) | 3 740 € | 4 021 € | 4 866 € | ≈ 4 866 € |
3.er año (R = 15 %) | 3 740 € | 4 400 € | 5 324 € | ≈ 5 324 € |
6. Consejos ninja para surfear la burocracia
- Automatiza tus apartados: usa una app bancaria que redirija el 21 % y el IRPF directo.
- Planifica vacaciones y descansos: reserva un fondo extra del 10 % para meses sin facturar.
- Renegocia tus tarifas cada medio año: un +5 % puede marcar la diferencia.
- Diversifica clientes: no pongas todos los huevos en la misma cesta para reducir riesgos.
- Simplifica con plantillas: ten siempre a mano un Excel o Google Sheets con tu fórmula lista.

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7. Tu arsenal digital: herramientas imprescindibles
- Expensify para capturar tickets al vuelo.
- Billage o Debitoor para facturación rápida.
- Evernote o Notion para llevar tu cuaderno de gastos y recordatorios fiscales.
- Calendario tributario de la Agencia Tributaria en tu móvil.
8. Conclusión: tu camino hacia la libertad financiera
Olvida la vieja idea de “cuanto más facturo, mejor”. Con este enfoque fresco, sabrás exactamente cuánto emitir en cada factura para asegurar tus 3 000 € netos mensuales. Sigue tu ruta, ajusta la fórmula a tus cambios de retención y costes, y conviértete en el héroe de tu propia aventura financiera.